A pesar de ser considerado como uno de los barrios más peligrosos de la urbe, no pierden las ganas de mostrar a quienes los visitan que también hay gente buena y trabajadora. No solo se preparan para navidad sino que se adelantan al fin de año. Joffre Chiriguaya, de la calle Robles y el callejón 1 de Junio, desde noviembre elabora un año viejo de un tiburón pulpo.
Por otra parte encontramos a Félix Mora Arévalo, de aproximadamente 60 años de edad que con su grupo de amigos llevan 40 años armando un pesebre en las calles Cuello y Domingo Comín y el 23 de diciembre reparten caramelos y juguetes a los niños. Todo con colaboración de todos.
Los moradores del barrio ponen cuotas y cada año aspiran a entregar más juguetes (200 el año pasado). Después de esta entrega viene un pequeño refrigerio y esto permite más la confraternidad.
Barrios como estos que son conocidos por los sucesos delictivos que se desarrollan allí es mejor visitarlos y descubrir por uno mismo que allí hay personas que aún esperan con ansias el espíritu de la navidad y entienden su verdadero significado.
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